Relatos breves

Juego de mesa
¡Corre, corre! – se decía ella a si misma mientras salía por la ventana carente de cristales – por el amor de Dios, corre hacia un sitio seguro, tenemos que sobrevivir. No pueden llevarnos con ellos, nosotros no, corre hacia la iglesia, no nos pueden alcanzar, allí no podrán robárnosla, ¡Venga, por Dios, ya estamos llegando! ¡Noo!
 Tania se dedpertó sobresaltada del sueño. El corazón le latía a mil por hora, miró a su alrededor, había sido todo demasiado realista, aún más de lo normal. Volvió a mirar a su alrededor, no era capaz de asimilar lo que había experimentado en el sueño, pues en sus 17 años de vida le había pasado algo igual. Aún así, con el corazón saliéndole por la boca, Tania bajo las escalaras con los ojos llenos de legañas, como era de costumbre en las mañanas de verano, todavía con restos de espanto en su rostro.

 -¡Aaa! – gritó Tania mientras se caía del último escalón de las escaleras.

- ¡Niña!, cualquier día de estos te matas con tantas tonterías. -exclamó su madre insultada- Tania, ¿y esa cara?

-¿Qué cara mamá? ¿No ves que casi me mato? – Refunfuñó con cierta ironía.

- Niña no me seas tan exagerada, que todavía no conozco a nadie que de la caída de un solo escalón se halla matado.

 Tania, sentía algo extraño en su interior y no eran los ardores que de costumbre aparecían cada vez que se levantaba, sino que no estaba acostumbrada a engañar a su madre. Ese sueño había sido muy raro, lo había pasado realmente mal, tanto que ni a su madre tenía valor de contárselo.
 Ya eran las siete de la tarde, y, como era de costumbre, Tania había quedado con sus amigos en el parque de Santa Ana, donde pasaba la mayor parte del caluroso día bajo la sobra de aquel centenario roble. Tania cogió el escaso dinero que le quedaba de la paga semanal que recibía y, como el picor es habitual en una roncha, Tania llegaba ya tarde al parque donde ya hacía tres cuartos de hora debía haberse encontrado con sus amigos.
 Patosa como nunca visto antes, se calló justo cuando levantaba la mano para saludar a sus colegas:


-¡Ay! Joder vaya día que llevo hoy. –Dijo Tania mientras se levantaba- Estoy más tiempo con al panza en el suelo que con los pies.

 
Todos sus amigos se reían de ella, cosa que le era indiferente pues estaba acostumbrada a caerse.


-Pero Tania, ¿que hora y formas son estas de llegar? – Le respondió con risueña tonalidad su mejor amiga, Thais.

-¡¡Sí, tu encima mófate de las desgracias de las pobres indefensas de este mundo cruel!!

-¿Tania?, estas muy rara hoy, ¿qué te pasa?

-No me pasa nada Thais, era broma so tonta – Respondió Tania con un tono solo capaz de identificar ellas mismas, pero que se acercaba al de una conversación entre dos niñas de preescolar.

A continuación, Tania saludó al resto de amigos; Alex, Vera y Sergi.


-Bueno, ¿cuales son los planes para hoy?, porque yo me niego a quedarme otra vez bajo este mugriento roble. Ayer, nada mas llegar a mi casa, mi madre me unto el cuerpo en crema para las picaduras de mosquitos como el que unta una tostada con manteca.

-Yo tengo una idea Tania. Lo he estado comentando con Vera, antes de que llegara Sergi, y estamos de acuerdo. A Sergi ni se lo hemos preguntado, ya sabemos que es muy orgulloso y al juego de mesa que tenemos pretendido jugar, se apuntará rápidamente. Solo hay que decirle que no se atreve a ganarnos y sin saber que juego es, se unirá. Solo quedáis vosotras dos por responder. ¿Os apuntáis?
-Pero Alex, si ni siquiera me has dicho que juego es. – Dijo Tania con el ceño fruncido.
-El juego se llama ¡Ouija! –Exclamó Alex muy picaresco.
-¿Q… qué? ¿Co… cómo? Tu estas loco, ni muerta jugaría yo a eso –Respondió Tania como si la hubiesen ofendido.
-Venga Tania, yo me apunto, ¿porque no lo probamos? –propuso Thais, su mejor amiga, con presumida tonalidad ya que sabía que Tania era muy supersticiosa y no jugaría a este peculiar “juego”.

-Venga Tania no seas aguafiestas, te juro que no pasará nada, y si pasa algo, que sea yo la primera a la que le pase, para que tengas tiempo de reaccionar y “huir”. – Le aseguró Vera.

-Estáis locos, yo no voy a formar parte de eso a lo que llamáis juego, me niego. Me voy a mi casa, mañana a las siete estaré aquí, adiós.


Tania se fue molesta a su casa, sus amigos estaban intentando persuadirla, cosa que le preocupaba ya que ella sabía que así la habían convencido para muchísimas cosas, pues era fácil de convencer.


Los amigos se quedaron planeándolo todo para el juego, conocían muy bien a Tania, harían el juego la siguiente tarde.


-Bueno chicos –dijo Sergi- pues mañana aquí, bajo el roble a las siete. Alex, tu trae el tablero, eres el único que tiene.

-Pero Sergi, el tablero es de mi abuela.

-Pues se lo quitas sin que se de cuenta. Recuerda que ha sido tú el que ha propuesto lo del juego.

-Bueno lo traeré, pero lo quiero impecable ¡eh!

-Que si Alex, que sí. Y tú Thais, tu traerás una moneda.

-¿Que chapucería es esta? Bah, me niego a hacer esta tontería de juego chicos, no es nada serio. Me voy yo también. Adiós. –Dijo Thais intentando librarse del marrón en el que se había metido.

-Espera Thais, ¿no será que tienes miedo y quieres escaquearte? No sería la primera vez que lo intentas –le vaciló Vera.

-¿Qué? Mira para que te enteres, mañana estaré aquí a las siete con una moneda niñata. Tengo suficiente valor para esto y para más. –Respondió Thais enfurecida ya casi sin terminar de hablar arrepintiéndose de lo que había dicho- Bueno, ahora si que me voy. Adiós.

 Tras realizar los planes cada uno de los chicos se fue a su casa a descansar.Tania llegó a su casa rápidamente, solo quería descansar y tumbarse en la cama, había tenido un día bastante peculiar, primero el sueño, luego la proposición de aquel juego…
Ya amanecía y Tania se despertaba igual de tarde que siempre. Como de costumbre con legañas en los ojos bajó las escaleras y fue a desayunar a la cocina. Estaba muy confusa, no sabía que hacer, ¿asistiría a la quedada con los amigos? Por una parte le picaba la curiosidad pero por la otra, algo le decía que no acudiera.

Después de desayunar volvió a su cuarto y se volvió a tirar en la cama, para seguir así, pensando que debería hacer. No bajó a tomar su almuerzo, no tenia el estómago como para comer, ese día tenía los ardores más fuertes que de costumbre y, además, seguía muy confusa.


Eran sobre las cinco de la tarde cuando en su cuarto, en el interior de su ropero, se escucha un extraño ruido que la deja perpleja.


-¿Hay alguien ahí? – Preguntó Tania sabiendo cual era la respuesta pues era hija única, y su padre falleció en un accidente de coche con su abuela hace dos veranos.

- haaa… - se escucha en el armario con una voz débil que susurraba desganada.


Tania muerta de miedo, se escondió bajo las sábanas lo más rápidamente posible que pudo. Las puertas del armario se abrieron con un fuerte estruendo. Su sábana salió despedida junto con las puertas del armario. Con débiles fuerzas y valentía, giró su cabeza despacio y sigilosamente hacia el agujero oscuro que se había formado en el interior de aquel ropero entre la parte de los suéteres y las camisas de manga corta. De pronto aparecieron dos manchas a modo de niebla condensada con rostros que les eran muy familiares.


-¿Papá? ¿Abuela? – dijo Tania mientras se refregaba los puños pos sus pardos ojos para quitar de su rostro las lágrima que ya sea por miedo o nostalgia, le habían florecido. – Sois vosotros, ¿verdad?

 No podía creer lo que le estaba sucediendo, le parecía todo mentira, quería que todo acabara que no hubiese ocurrido nada. Pasaron varios minutos eternamente largos hasta que se escuchó en la habitación escasa de luz:

 -Tania, no entres en su juego. Los muertos, muertos están, no abras el portal y nada te pasará… - le susurraron aquellas dos almas en pena al unísono.

 Tras este encontronazo Tania perdió el conocimiento debido a aquel emotivo-espeluznante encuentro con las almas de su padre y su abuela causado a propósito.
 Eran las ya las ocho de la tarde cuando, hartos de esperar, Alex, Vera, Sergi y Thais se iban del parque, sin Tania que por razones que desconocía no se había presentado, a comenzar el juego.

- Oye Alex, – preguntó Sergi – ¿donde vamos a hacer la Ouija?
- No lo sé, tenia pensado que la hiciésemos en el viejo campanario.

- ¿En el viejo campanario? – Preguntó Thais intentando aún escaquearse de aquel infernal juego que le era como una espina de pescado que se clava en la garganta.

- No. Iremos allí – respondió Vera apuntando con el dedo a la vieja fábrica de tijeras abandonada.

- Pues vamos allá, – dijo Sergi muy orgulloso pero a la vez estremecido- no hay tiempo que perder.

Todos se pusieron de camino hacia la vieja fábrica de tijeras.
 Tania, que llegaba muy tarde, quiso asistir indirectamente al juego a pesar de lo ocurrido un par de horas antes, pero, ya era demasiado tarde, no los podía avisar, se habían ido sin ella y no podía evitar lo que iba a ocurrir. No sabía donde estaban ni donde podrían haber ido. Pensó en Vera y su invulnerable valentía y de momento se le vino a la mente la imagen de Vera, arrumbada en el suelo… unas tijeras volando… sangre…

 -¿Qué es esto? ¿Por qué se me aparecen visiones e imágenes de este tipo? – Preguntó Tania al aire mientras le recorría por el cuerpo un estremecedor escalofrío alarmante.

-El juego va a empezar… - Susurró el viento en el parque se Santa Ana.

- ¡Oh, no! –Exclamó Tania mientras un imborrable recuerdo le inundaba la cabeza- Vera dijo que si pasaba algo sería la primera en sufrir las consecuencias– gritó Tania mientras corría hacia el posible lugar donde podrían estar sus amigos y pensando en aquel momento en el que Vera juró que no pasaría nada.

 -Venga chicos, sentémonos – propuso Thais ansiosa de que terminara lo antes posible aquel odioso juego que se le había convertido en una pesadilla.

- Bueno por si no lo sabéis, no se puede quitar el dedo de la moneda hasta terminar el juego, pues corre peligro vuestra vida – dijo Alex casi riéndose mientras Thais lo miraba desolada.

- Esto es pan comido –Aseguró Sergi.


Se notaba la tensión en el aire cuando todos pusieron el dedo en la moneda. Aquel cuarto en el interior de la fábrica tenía un aspecto espeluznante. Se podían apreciar las paredes llenas de tijeras, serruchos, clavos y demás instrumentos típicamente presentes en una fábrica de este tipo.

 Tania seguía corriendo, si no se daba prisa ocurriría la desgracia. Le faltaba el aliento, no sabía que hacer para llegar lo antes posible. Por delante de ella, mientras corría a más no poder, pasó una paloma que al instante chocó y murió en el impacto contra la corteza de una vieja encina. De pronto Tania recordó que años atrás, el día en el que su abuela murió en aquel accidente con su padre, una paloma la había despertado por la mañana al chocarse accidentalmente contra la venta de su habitación mientras ella dormía. Todo aquello parecía una premonición, era una circunstancia un tanto surrealista pensaba Tania. Siguió corriendo, dejando la paloma envuelta en sangre atrás y desesperada por no llegar antes de que comenzase el juego.

 -¿Quién eres? – preguntaron todos a la vez con el dedo puesto en la moneda.


Nadie respondió a aquella insolente pregunta aunque todos esperaban que no pasase nada. De pronto todos sintieron como la moneda se movía sola arrastrando así sus dedos y encima de ellos aparecían unas sombras de horrible presencia.Todos excepto Sergi, que orgulloso hasta la médula permaneció callado, gritaron de terror.


-No quitéis el dedo, ni se os ocurra. – gritó Sergi – Hay que cerrar el juego, y yo solo no puedo.


En el tablero la moneda se puso en movimiento. Al cabo de unos segundos supieron deducir la respuesta a su pregunta.


-¡¡Verdugos, y son dos!! – Gritó Thais con desesperado tono.


De pronto recibieron un calambrazo a través de la moneda que les recorrió desde la punta del dedo índice hasta el dedo anular de la otra mano y consecutivamente todos se apartaron de la moneda y el tablero. Se miraron entre ellos horrorizados suponiendo lo que iba a ocurrir y desolados por los acontecimientos.

 
-Ojos… - se escuchó en la habitación con una peculiar voz que parecía provenir de todas direcciones.


Todos intentaron salir de la habitación pero las puertas y ventanas estaban selladas fuertemente y no se podían abrir. De pronto clavos y tijeras comenzaron a flotar en el aire y a balancearse como si estuvieses bailando al ritmo de un vals.

 
Tania había llegado a la fábrica cuando a pocos metros de la ventana de la habitación en la que se encontraban sus amigos salieron dos tijeras, en cuyos extremos había algo redondo y viscoso según podía percibir la vista, y varios clavos bañados de un intenso rojo que giraban sobre sí mismos rompiendo gran parte del cristal de la ventana que cayó no poco de más de medio metro.


Se asomó a la ventana desconcertada encontrando junto a ella el cuerpo sin vida de su valiente y queridísima amiga Vera con dos grandes orificios que le atravesaban la cabeza donde deberían encontrarse sus correspondientes ojos que le habían desaparecido. Tania estaba siendo presente de una matanza, de la matanza de sus amigos. Era algo terrorífico e indescriptible.

 
-extremidadesss… - Volvió a sonar en la habitación de la fábrica casi imitando al seseo de una serpiente que anunciaba la captura de su indefensa presa.


Tania se asomos por la ventana y vio a aquellas dos sombras no tan lejanas. Se quedó perpleja pues no se podía creer lo que estaba ocurriendo ni el porqué tanto sufrimiento. ¿Por qué ellos? Pensó.


Varios serruchos fueron en dirección a Sergi el que se encontraba de pie, armado de valor mientras e indescriptible orgullo mientras decía:


-¡Malditos verdugos, conmigo no! ¡Prefiero morir de pie y honradamente que muerto de miedo y…!


Varios serruchos le atravesaron las piernas y brazos y lo dejaron inmóvil en el suelo sufriendo fuertes convulsiones hasta su último aliento, mientras moría desangrado.


Tania atónita miraba por la ventana impotente por no poder hacer nada pues sabía que si entraba en la habitación formaría parte del juego y podría morir como sus dos amigos, Sergi y Vera, lo habían hecho minutos atrás.


Alex y Thais, los amigos supervivientes, intentaron salir por la ventana con desconcertante desesperanza. Alex, cuyo instinto ganó a su honradez intentando dejar a Thais atrás, con desesperadas fuerzas saltó por encima de Vera, cuyo cuerpo permanecía sin vida junto a la ventana, para así, poder salir corriendo por ella y salvar su vida.

 
-Rostro… - pronunciaron los verdugos en dirección a la ventana.


De pronto, mientras Alex saltaba por la ventana fue agarrado por el pie derecho fuertemente.


-¡Ahgr! – Gritó aguda y terroríficamente el cuerpo sin vida de su amiga Vera mientras le agarraba el pie impidiendo que este se fuese.


Mientras caía por la ventana de aquel cuarto situado en la planta baja de la fábrica, varios cristales se le clavaron en la cara introduciéndosele por todos los orificios existentes en ellas a la vez que se le desquebrajaba el hueso de la pierna sujetada por el brazo, manipulado por los verdugos, de Vera.

 
A Tania ya no se salían las lágrimas, estaba al lado del cuerpo sin vida de su amigo Alex con el rostro desfigurado y el hueso de la pierna derecha descubierto a consecuencia del choque con la ventana del cuarto y la presión ejercida por Vera sobre dicha pierna, Sergi estaba mutilado en el interior de la habitación con el rostro dominado por el espanto y el terror y Vera había sido atravesada por dos tijeras y varios clavos longitudinalmente por la región ocular dejándole un asombroso vacío en lugar de ojos.


Thais aprovechando las circunstancias, salió corriendo del cuarto por la ventana, saltando por encima de su mejor amiga mientras se decía a sí misma.

 - ¡Corre, corre! Por el amor de dios…

Las sombras salieron disparadas tras ella con el tablero de la Ouija flotando a su alrededor.


Tania salió corriendo tras ellas esquivando con cuidado el cuerpo de Alex. Se quedó petrificada cuando recordó que ese momento lo había vivido antes.
 -No puede ser, esto lo he vivido yo, pero… - se quedó muda cuando se dio cuenta de que lo que había soñado era lo que estaba sintiendo, viviendo y experimentando su mejor amiga - …si es así no llegará a la iglesia.



Corría lo más rápido posible, con escasas fuerzas por la carrera que había hecho minutos antes hasta llegar a la fábrica.



-Guillotina… - sonó con un tono peliagudo, escalofriante y a la vez definitivo.



Thais estaba casi en la puerta de la iglesia. No paraba de correr. A pocos metros de la puerta de la iglesia se aparecieron esas dos criaturas que se hacían llamar verdugos con la mano extendida indiferenciada del color del resto del cuerpo de un intenso oscuro, esperando a coger algo que Thais no podía entender.



-¿Qué queréis de mí? –Preguntó con voz rota mientras intentaba secarse las lágrimas temblando de miedo y dolor - ¡No he hecho nada, dejadme en paz! Os lo pido por favor, no me hagáis dañ…



Thais se ahogó en un sollozo al ver que el tablero de la Ouija le atravesaba el cuello, separando su cabeza del resto del cuerpo antes de que terminase de hablar, y llegaba hasta la mano abierta de una de las sobras que lo esperaba con impaciencia. Solo se pudo escuchar en aquel silencioso momento la salida de sangre a borbotones desde el cuello de Thais que dejaba un verdadero mar rojo



Tania, casi asfixiada, llegó hasta la puerta de la iglesia, donde se encontró a su mejor amiga guillotinada. Rompió a llorar como nunca lo había hecho. Sus amigos de siempre y su mejor amiga, su amiga de la infancia muerta ante sus pies con un gran charco de sangre que la rodeaba. A duras penas se levantó hacia las sobras y gritó con incontenible ira:



-¡Papá, abuela, porque lo habéis hecho! ¡Sois unos asesinos! ¡Os odiooo!
-Porque a los muertos no se les despierta nunca y si se hace, tendrá graves consecuencias, porque el que muerto, muerto esta y si abres el portal…
- ...graves consecuencias sucederán, sin tu alma te quedarás. –Continuaron los espíritus correspondientes a cada uno de sus amigos que rodeando la los verdugos se despedían de ella con un leve gesto de agradecimiento.


Después de esto, desaparecieron los espíritus y Tania se quedó junto al cuerpo de su amiga mientras avisaba a la policía y las ambulancias. Desde entonces Tania se encuentra en un psiquiátrico que se localiza junto al parque de Santa Ana voluntariamente donde intenta recuperarse del trauma que aquel día de verano le causaron sus familiares y amigos mas queridos.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Wau me encanta... =) pero hijo mioooo k sangriento eres xDDD deja vivir a uno x lo menos... jajajajaj

Ferripal dijo...

jajaja gracias [¡!]
Es que cuando a uno le viene la inspiración, pues... jajaja ademas no hay tanta sangre, si supieses como podría haber sido... jujuju

Sergi dijo...

Waaa!! chulisimaa! y por cierto, por que tengo qe ser yo el mutilado? ¬¬''

Unknown dijo...

jajajaja ¡¡por pesao!!! y dame gracias de no acabar como Vera o Thais

marta dijo...

jajaj me encantaaa!!

cristina pirata dijo...

waaaaaaaaaaaaa!!!!...wapisimooo!!...pero ke bestia..dios....no as dejado vivo ni al apuntador..XD

Ferripal dijo...

jejeje
Es lo que hay. Yo hago lo que qiuiero con quien quiero en mis historias y eso las hace unicas y mías. ;)

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